Pages

Subscribe:

17 feb 2012

Charlotte Williams II


Capítulo quinto - Charlotte Williams

Vetusta Morla - Al respirar

Una semana antes...

- Pienso que el ser humano sueña despierto para lograr ser lo que sueña dormido. Nunca al revés. Eso me pasa a mi, al menos. Cuando por las noches sueño que soy feliz, intento llegar a ese estado en mi vida real, sin conseguirlo. No sé si te interesa lo que estoy contando puesto que has vuelto a meter la cabeza en el caparazón, Musgo. Mala tortuga...
- ¡Charlie! - gritó Matt desde el recibidor.- ¿Se puede?

Charlotte dio un salto en el sitio. Asustada y con el pulso a cien, echó un vistazo a su alrededor para determinar si el entorno podría considerarse desordenado. Cuatro pantalones por los suelos, por lo menos cinco latas de cerveza y un marcado olor a cerrado la convencieron de que sí. Intentó levantarse pero nada más incorporarse volvió a caer rendida en el sofá debido al terrible dolor de cabeza.

- Charlie, voy a pasar, ¿de acuerdo? - Charlote hizo todo lo posible para esconder las latas moviendolas con el pie.- ¡Oh! Bueno, veo que estás algo mejor.

Evidentemente, Matt no había visto el engaño pero el tono de su hermano era demasiado animado para ella y hacía que su cabeza diera vueltas y vueltas.

- Oye, tengo que hablar contigo de algo serio. ¿No te importa que me siente, verdad? - Fue una pregunta retórica puesto que ya estaba sentado antes de que ella dijera nada.- Sé lo que ha supuesto la muerte de Mark para ti. No ha sido fácil para ninguno de nosotros. Pero Charlie, eso ya ha pasado, tenemos que seguir adelante.

Lo único que Charlie le pudo ofrecer es una mirada de indiferencia, pero en realidad no queria que siguiera. Todo eso todavía dolía demasiado.

- Verás, a Angel le han ofrecido un trabajo en Nueva York y me ha pedido que vaya con ella. ¿Por qué no te vienes con nosotros? Estoy seguro de que a ella no le importará...

Sin embargo a ella se le escapó una sonrisa irónica. Sí, claro, no le importaría...

- ...y me gustaría tenerte cerca.

Aunque su frase no tenía mala intención, Charlie la interpretó como negativa. Creían que estaba loca, que solo era una rara encerrada en su casa, creían que lo mejor era llevarla a un buen psiquiatra... con todos estos pensamientos, se puso a la defensiva. Si solo supiera una mínima parte de lo que había pasado, tan solo algún detalle más...

- No. No iré. Pero si quieres ir, ve con ella. No te sientas culpable.

Claramente, Matt no se sentía del todo convencido.

- Charlie, es una gran oportunidad para...
- No.- interrumpió.- No iré. Y no lo voy a repetir más, no insistas.
- Escucha, vamos a hacer una cosa. Te lo piensas y me lo dices la semana que viene, ¿vale?

Fiel a su promesa de no hablar del tema, permaneció callada.

- Charlie, al menos prométeme una cosa. Prométeme que no te vas a pasar todo el día aquí encerrada. Sal con Alice o con Julia por ahí, ¿de acuerdo? Tengo que ir a trabajar. Te llamaré luego
.
Cuando Matt salió por la puerta, lo primero que hizo Charlie fue reanudar la conversación con su tortuga.

- Musgo, me temo que no puedo prometer cosas imposibles.

13 feb 2012

Ficha de Olivia


Nombre: Olivia Jones
Sobrenombre: Olivia
Edad: 26
Procedencia: Londres (Reino Unido)
Profesión: Dirige su propio negocio, un bar.

  • Es la dueña del Dreamers.
  • Angel y ella son amigas desde secundaria.
  • Tiene una carpa koi tatuada en el costado.
  • Cuando está estresada, la mayoría de las veces, se muerde las uñas.
  • Sabe hablar español.

8 feb 2012

Ficha de Mike


Nombre: Michael Johnson
Sobrenombre: Mike
Edad: 26
Procedencia: Belfast (Reino Unido)
Profesión: Camarero

  • Trabaja en el bar de Olivia, el Dreamers.
  • Le gustan los videojuegos bélicos.
  • Dave, Matt y él son amigos de toda la vida.
  • Se le da muy bien cocinar, aunque siempre lo ha negado.
  •  Aunque nació en Belfast, él siempre ha vivido en Londres, incluso cuando se independizó.

4 feb 2012

Angel Kim I


Capítulo cuarto - Angel Kim


Las dos amigas empezaban a plantearse que el reloj estuviera realmente parado.
Angel fue la primera en dejar de mirarlo. Cansada por la espera, bostezó y se reclinó encima de la barra del bar mientras jugueteaba con su móvil.
- Admitámoslo, Oli: Se han olvidado de nosotras.
- Bueno... Liam quizás si, pero Matt seguro que te llama.
- No te creas, llevo días intentando hablar con él, pero cada vez que llego a casa, me evita. A veces pienso que debería irme a dormir al sofá.
Olivia apartó la mirada de las manecillas por un momento.
- Mujer, no exageres. Seguro que quiere darte una sorpresa o algo así.
- ¿Y si no quiere venir conmigo, Oli?
- Oh, por el amor de Dios, es Matt. Te seguirá adonde quiera que vayas.
Pero Angel ya no pensaba lo mismo. Se preguntaba si estaba siendo demasiado egoísta con sus demás amigos: ¿la odiarían? ¿la apoyarían? La situación por la que estaban pasando no era buena para nadie, pero ella no tenía la culpa de que el trabajo hubiera surgido así, de repente. ¿Qué pensaría Charlotte de todo esto? ¿Serían las dos perdidas suficientes para acabar con ella definitivamente? Aunque no sería lo mismo. No eran perdidas muy graves, primeramente porque una de ellas no era ni siquiera perdida, solo alejamiento y la otra... A Angel le entró un escalofrío cuando lo pensó.
- Oye, ¿cómo está Char...?
El timbre del teléfono móvil empezó a sonar. Olivia logró salir de su inopia para prestar toda la atención a su amiga, pero esta no estaba segura de querer contestar.
- ¿A qué esperas? ¡Responde!
A pesar de todo, respondió.
- ¿S-sí? ¿Matt? No te oigo muy bien.
Le hizo un gesto a su amiga para decirle que salía fuera a hablar pero antes de que pudiera empujar la puerta, alguien entró.
- ¡Has venido! Pasa, pasa. - Olivia salió de detrás de la barra para recibirlo.- Bienvenido al Dreamers.
-  No parece que tengas mucho trabajo, Olivia.- dijo él con media sonrisa.
- Bueno, es la hora de comer.
- También es verdad. - reparó en Angel por primera vez y le tendió la mano- Liam, encantado.
- Angel, un placer. Si me disculpais...
Salió apresuradamente a la calle, mirando de reojo a Liam.
- ¿Matt? Ya estoy.
- Angel, ya lo he pensado.
Su corazón comenzó a palpitar fuertemente. Era eso. ¿Saldrían palabras que la hicieran feliz o por el contrario otras que le harían llorar? Miró al infinito y esperó.
Dos segundos y cuatro décimas después, sonrió.