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21 may 2012

Mike Johnson II


Capítulo once - Micke Johnson



- Este es el cuarto de baño. No hagas caso al desorden, normalmente no está así. Y esta es la cocina, que... tampoco está así nunca. ¡Cuidado con el microondas! Sí, lo tengo ahí tirado porque no me cabe en la encimera. Ya, una mierda. Bueno, ¿quieres que saque alguna cerveza y me cuentas por qué estás aquí? Intuiré que eso es un sí. Tío, tienes que aprender inglés o te van a comer vivo...
Mike tenía la sensación de que Erik solo asentía con la cabeza a cada una de las palabras por educación. Dejó a su huésped en el salón y entró en la cocina para coger las bebidas, después le tiró una y se sentó a su lado.
- Bueno, ¿que hace un finlandés en Londres? Cuéntame.
- Tengo que filmar una película.
- ¿Una película? ¿Eres director?
- Bueno, soy estudiante de cine. Se supone que esta es mi carta de presentación al mundo cinematográfico. -aclaró Erik.- Tengo que currármelo.
Mike le miró fijamente y se empezó a reír.
- ¿Qué te hace tanta gracia?
- La fluidez con la que de repente hablas inglés. Me tenías engañado.
Erik se unió a su risa.
- Colega, tenías que ver tu cara cada vez que intentabas explicarme algo. Siempre que viajo a otro país hago lo mismo y es muy divertido ver como reacciona la gente.
Repentinamente sonó el teléfono móvil de Mike, que se excusó para atenderlo. Resultó ser un mensaje de texto de Alice.
- Eh,- dijo Erik.- ¿estás bien? Te has puesto pálido.
- No, estoy bien.- se levantó.- ¿Algo para picar?
- Vale.
Cuando estuvo en la cocina de nuevo, a salvo de las miradas de Erik, volvió a leer el mensaje. “Han reabierto el caso. ¿Quién se lo dice a Charlie?”. La pregunta sonaba tonta, pero Mike comprendía a Alice: Que ella fuera su mejor amiga no quería decir que quisiera aguantar el arrebato de Charlotte al enterarse. Mike cogía unas aceitunas de la nevera mientras pensaba como había llegado a la conclusión la policía de que el acusado era inocente. No se le ocurrió mucho. El reconocimiento de los hechos ya era suficiente, ¿no? Sangre en sus manos, una testigo...
Se escuchó un fuerte ruido en el salón. Mike corrió hacia allí, y antes de que pudiera preguntarle a Erik que había pasado la respuesta ya se mostraba evidente.
Erik se encontraba de pie al lado de la estantería con una cajita de madera abierta. Intentaba cerrarla a toda prisa en su sitio de nuevo antes de que su anfitrión llegara pero fue inútil. Ambos se quedaron mirandose, sin nada que decir.
- ¿Qué coño haces? - preguntó Mike, un poco enfadado.
- Yo... -Erik buscaba desesperadamente las palabras para explicarse.- Lo siento, tío.
Mike le arrancó la caja de las manos. Se sentó en el sofá y empezó a rebuscar en ella.
- ¡Eh! -dijo el finlandés.- no he tocado nada de dentro, simplemente estaba mirando la bola de cristal esta que tienes aquí al lado y se me cayó la caja accidentalmente, en serio. ¿Es de Belfast, no? ¿has estado allí?
- Nací allí. -Mike respiró hondo y dejó la caja a un lado.- Siento haberte gritado. Aquí guardo mis más oscuros secretos y no me gustaría que nadie los viera.
Parecía que la tensión había desaparecido asi que Erik volvió a sentarse.
- ¿Secretos? ¿Cuáles?
- Tío, se-cre-tos. ¿Lo pillas?
- Bueno, vale. No he visto nada.
“Claro que lo has visto. Pero tranquilo, no lo verás más” pensó Mike para sus adentros. Y por eso, cuando Erik se despertó en mitad de la noche para ver lo que había en la caja, encontró bajo la tapa, ocultas, unas recetas de cocina.

9 may 2012

Ficha de Niall







Nombre: Niall Lain
Sobrenombre: Niall
Edad: 22
Procedencia: Londres (Reino Unido)
Profesión: Repartidor de pizzas.


  • Conoció a Dave dos semanas después de morir Mark.
  • Es un chico muy abierto y simpático y que cayó bien enseguida al grupo de amigos.
  • Tiene dos perros llamados Mario y Luigi.
  • Como se puede observar, adora los videojuegos, al igual que Dave y Mike.
  • Sabe que su trabajo actual  es eventual, pero no tiene ni idea de que hacer después.

6 may 2012

Alice Dixon II

 Capítulo diez - Alice Dixon



Solía decirse que las fiestas que organizaba Mary Dixon eran, casi seguro, el único tema de conversación en los siguientes dos meses después del evento. Esta vez, el motivo de celebración era el décimoquinto aniversario de su empresa de organización de bodas “Happy Weddings”, con lo que todos los invitados esta vez fueron antiguos clientes agradecidos por los tratos recibidos.
A Alice las fiestas de su madre le interesaban. En cambio, Dave, que trabajaba con su madre en la compañía, las detestaba.
La recepción del hotel estaba abarrotada de gente importantísima a la que, si por alguna casualidad pudieras tocarle sus carísimos trajes, te arrepentirías. Por esa misma razón, Alice tuvo que dar un rodeo para llegar a donde estaba su hermano con su novia.
- ¿Y mamá? - preguntó Alice cuando llegó hasta ellos.
Dave se encogió de hombros.
- No lo sé.
- ¿Y no deberías saberlo? ¿Tú, que también estás interesado en que la fiesta salga bien?
- A mí todo esto me da igual, en cuanto pueda vuelvo a intentarlo en la universidad.
- Claro, así le darás una alegría a mamá, ¿no? Primero la cagas con la fiesta y luego la dejas tirada con la empresa.
- ¡Eh! Chicos, dejadlo ya. Por ahí viene vuestra madre.- susurró Julia inclinando la cabeza hacia un lado.
Mary se acercaba charlando animadamente con una pareja joven, no mucho más mayores que Dave y Alice, a la que seguramente trataba de convencer para utilizar sus servicios.
- ¡Por aquí, por aquí! - decía Mary en voz alta para que se le oyese mientras les conducía hacia ellos. - Os presento a mis hijos, Alice y Dave y a su novia Julia. Dave es el gerente general de “Happy Weddings”.
Dave saludó con la cabeza.
- Miren, por ahí va Rivers, él les continuará explicando. ¡Rivers! - solo hizo falta que les señalara disimuladamente con la cabeza para que supiera lo que tenía que hacer. Cuando se los hubo llevado, Mary se dirigió a sus hijos.- Acompañadme al salón, tenemos que hablar. Julia, cariño, si haces el favor de esperar fuera un momento...
Se los llevó a una habitación a parte, en la que unos camareros estaban ocupados preparando unos canapés. Cuando ellos entraron, se disculparon y salieron sin mediar palabra dejándolos solos.
- Vale, escuchad. Han reabierto el caso.
Alice y Dave se miraron.
- ¿Por qué? - preguntó él.- ¡Si está cerrado!
- Por eso lo han abierto, imbécil. - Alice se dirigió a su madre.- Entonces, ¿el policía es inocente?
- Eso he oído.
- ¿Quién te lo ha contado, mamá?
- Ha salido hoy en la prensa. - Mary resopló.- Por favor, no montéis ningún numerito aquí. Es más, os lo agradecería mucho si os marcháis.
- ¿Por qué? - preguntó esta vez Alice.
- ¿Todas esas mierdas de series policíacas no te han servido para nada, cabezahueca?
- ¡Ya basta! - Mary abrió la puerta y dejó que pasaran ellos delante.- Os advierto, os están vigilando.
Cuando volvieron a la recepción, Julia se reunió con los dos.
- No habéis tardado mucho...
Dave no la escuchaba.
- ¿Crees que sospechan de nosotros? - preguntó a su hermana.
- Si no lo hacen es que no saben hacer su trabajo, ¿no crees?